La FIA admite: "En el 99% de los casos no necesitamos intervenir".

La bandera negra-naranja se utiliza cuando un piloto conduce con daños en el coche que podrían suponer un peligro para otros pilotos. Por ejemplo, las piezas dañadas pueden caerse del coche o éste puede dejar de ser lo suficientemente estable en la pista como para terminar la carrera con seguridad.

El sistema suscitó críticas el año pasado. En total, la bandera se utilizó seis veces la temporada pasada, tres de ellas para Kevin Magnussen. Obviamente, al equipo Haas no le hizo ninguna gracia, ya que obligó al danés a hacer paradas en boxes que el equipo consideró innecesarias. La mayor controversia aún llegó cuando Fernando Alonso recibió una penalización de tiempo por un retrovisor suelto tras la carrera de Austin, lo que le hizo perder varios puestos. Sólo cuatro días después de la carrera, se retiró el fallo.

Sigue siendo complicado

Tombazis reconoce ahora que la FIA fue un poco demasiado entusiasta al aplicar la bandera. "Vimos retrospectivamente que a algunos coches no se les había mostrado la bandera", dice Tombazis. "Tuvimos una situación en Bakú en la que un coche entró en la pista que realmente no debería haberlo hecho. Ahí nos equivocamos. Entonces creo que se creó una reacción un poco exagerada en la que empezamos a considerar inseguros a los coches incluso cuando estaban en el límite, digamos, así que fuimos en la dirección equivocada, y tomamos algunas medidas correctivas después de EE.UU.".

"Es difícil, por supuesto", continuó Tombazis. "Seguiríamos poniendo bandera negra y naranja a un coche con daños estructurales graves, como Hamilton en Singapur, por ejemplo, cuando su alerón rozaba el suelo. Pero en el 99% de los casos, los equipos llevan ellos mismos los coches a cualquier parte, por lo que se elimina la necesidad de intervenir".